Los niños en Cuba: Expresarse para cambiar la comunidad

Por Regla Bonora Soto

Televisión Cubana – Instituto Cubano de Radio y Televisión

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Osvaldo, Lilliam, Dunia, Arian y Yely Caridad son jóvenes de la barriada de Jesús María y José que quieren cambiar la visión que la sociedad tiene de su comunidad y de sus pobladores.

Ellos nacieron y han crecido allí, en contacto con las realidades y las leyendas del barrio, una comunidad con casi trescientos años de antigüedad que desde sus inicios fue un asentamiento de modestas viviendas de negros y mulatos libertos de La Habana de extramuros del siglo XVIII, dedicados fundamentalmente a la labor portuaria y marítima, cuyas cotidianidades estaban matizadas por la concurrencia a sus innumerables bares, por la venta de drogas y bebidas alcohólicas y el juego ilícito, la violencia, las prácticas religiosas yorubas y los comportamientos fuera de la legalidad establecida, producidos como reacción ante el rechazo de la sociedad desde principios del siglo XIX.

Osvaldo, Lilliam, Dunia, Arian y Yely Caridad saben que hay mucho más que fatalidad en su barriada, que ha sido desafortunadamente marcada por las condiciones objetivas de tantos años, pero aun mas por las subjetividades, que la califican aun hoy como un barrio marginal.

Lilly, Yely, Arian, Dunia y Osvaldito
Con el tiempo, asistieron a la Casa del Niño y la Niña, o la Casita (como simplemente le llaman) y allí aprendieron a conocer los secretos de la historia y aprendieron a crecer y a amar todo lo bello que encontraron en cada esquina, en cada rincón de Jesús María y José y conocieron que este también fue territorio de personalidades destacadas en las luchas por la independencia de Cuba o sobresalientes en el arte, como el Paganini Negro, el gran violinista Brindis de Salas. Aprendieron de cómo diferentes instituciones gubernamentales y no gubernamentales se empeñan con especial atención en la transformación de su barrio, donde se busca la satisfacción de necesidades y expectativas de sus habitantes que laboran, sueñan y aman con los desafíos de sus cotidianidades.

Allí participaron en el taller Historia de mis calles que les impartió un amante del barrio el profesor Bravo, como le llaman, un ingeniero devenido en historiador local. Aprendieron que su barrio tiene 40 calles y muchas historias memorables en ellas.

Y allí también están aprendiendo a hacer televisión.

Entonces comparten con facilitadores del medio para decidir – fundamentalmente – los recursos conceptuales a emplear. En las largas pero divertidas sesiones de talleres ya decidieron la estructura de su programa y la selección de sus presentadores; decidieron que serán y harán a sus pobladores los protagonistas, que describirán los nombres de las calles con sus propias palabras y destacarán espacios donde han acontecido hechos que les han impactado, los personajes de relevancia local y nacional, los sucesos pintorescos, las leyendas; que hablaran de la vida actual, de los resultados artísticos, científicos u otros; cantarán y bailarán su propia música, y dirán su propia poesía…

Osvaldo, Lilliam, Dunia, Arian y Yely Caridad quieren aprender a comunicar, quieren ejercer su derecho a expresarse para visualizar los valores de su barrio y contribuir, así, a la construcción de un lugar mejor donde vivir, incentivando a sus coetáneos a ir detrás del conocimiento para transformar la realidad a partir de la premisa de que hasta en el más humilde lugar donde uno tenga su hogar, puede ser especial.

Regla Bonora Soto

Asesora, realizadora y coordinadora de proyectos en el Grupo de Programas para Niños y Jóvenes de la Televisión Cubana - Instituto Cubano de Radio y Televisión

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